Fidel Castro, protagonista de la historia mundial

[esp] Fidel Castro, protagonista de la historia mundial

[ru]  Фидель Кастро как деятель всемирной истории

El 13 de agosto, nosotros celebramos el 95 aniversario del natalicio de Fidel Castro Ruz, hijo más grande del pueblo cubano y uno de los protagonistas más destacados de la historia actual.

Hace dos semanas, cumplió una quincena de años desde aquel momento cuando la edad avanzada y la grave enfermedad obli-garon a Fidel cambiar el formato de su participación en los asuntos de Cuba, América Latina y el mundo. El 25 de noviembre cumplen los cinco años de su partida física. Con todo esto, cada día solo reafirma su grandeza histórica. Cada vez más se destaca su papel en los destinos de la humanidad, inseparable del papel del pueblo, Partido y Estado encabezados por él, como el papel de escala histórico-mundial.

Por más de media siglo, Fidel Castro era el líder reconocido de la Isla de Libertad y de toda América Latina avanzada. Cabe decir con el pleno derecho que en su personalidad y con su participación decisiva, la tradición revolucionaria cubana y latinoamericana fue inoculada al tronco del movimiento antiimperialista mundial y del socialismo mundial. Solo en la abstracción teórica, se puede destacar unos aspectos de este proceso, de hecho inseparables.

Primero. Durante tres decenios, Cuba era la parte orgánica de la comunidad socialista, lidereada por la Unión Soviética como el primer bloque integracionista regional del mundo. Bajo la direc-ción de Fidel, la Isla de Libertad logró aceptar la experiencia so-viética de modo propio y creador, asimilando mayormente lo positivo, y no negativo. Esta interacción salvó la Revolución Cubana, el Estado soberano de Cuba y la nación cubana del exterminio en la conflagración desigual con el imperialismo estadounidense. 

Tampoco cabe menoscabar el otro lado de la misma interac-ción. A inicios de los años 60, el socialismo mundial, y ante todo nuestra patria soviética, estaban en su disyuntiva histórica, y la Revolución Cubana transfundía en nuestras venas su joven san-gre con los anticuerpos contra los virus de la esclerosis burocrática, de la degeneración pequeñoburguesa y de la penetración imperialista. La influencia viva del ejémplo cubano tocó más que una generación del pueblo soviético. 

Por supuesto, no podía anular las causas objetivas y subjetivas de la tendencia descendiente del socialismo europeo en los fines del siglo XX, pero sí frenaba y ablandaba aquellos procesos negativos. Sin esta influencia, la crisis de nuestra sociedad podría desatarse unos años antes, y tomar las formas más duras. El tiempo histórico ganado así, multiplicó los recursos del progreso social y conciencia humanista en la sociedad soviética y en el mundo entero, ayudándonos evitar una catástrofe quizás total.

Segundo. Con el liderazgo de Fidel Castro, fue creada la van-guardia del socialismo cubano – el Partido Comunista renovado. Es de prima importancia que esto fue alcanzado en el camino históricamente nuevo, por la fusion orgánica de las tres organi-zaciones revolucionarias. Los comunistas cubanos evitaron la lu-cha fratricida, la que debilitaba el potencial de muchas revolu-ciones. Ellos mantuvieron en la mayor medida el vínculo consan-guíneo del Estado revolucionario con su pueblo, el apoyo del poder sobre las organizaciones sociales de los trabajadores, la democracia de base, el diálogo directo y sincero entre el líder y la sociedad, y la percepción realista del mundo circundante. 

Todas las fuerzas del movimiento comunista internacional y de la izquierda mundial vivieron el buen respiro de estos alcances de Cuba, ante todo en el período del ascenso revolucionario mundial de los años 60 y 70. Sin aquella contribución de Cuba dirigida por Fidel Castro, la contraofensiva de la reacción imperialista podría comenzar mucho antes, sería más agresiva y llevaría las consecuencias más pesadas para todo el mundo.

Tercero. Con la dirección de Fidel, Cuba entró, y llevó con-cientemente toda la región latinoamericana, a las filas de la mayoría de la humanidad de los mediados del siglo XX, que se liberaba del colonialismo y buscaba los caminos de su desarrollo soberano, en la lucha contra la expansión imperialista. Esta fusión de los procesos libertadores de dos hemisferios de la Tierra, se hizo una de las fuerzas motrices de la formación de la nueva realidad histórica, entonces llamada de Tercer Mundo. Al mismo tiempo, escalonó el tránsito de la historia mundial al nivel plenamente planetario. En este proceso, el papel histórico de Cuba fue subrayado por su parte en la creación del Movimiento de los Países No Alineados, y posteriormente, con la elección de su líder como el Presidente de este foro representativo de un centenar de países. 

Con la dirección de Fidel, Cuba aportó su parte destacada en el fin del sistema colonial del imperialismo. En Angola, los com-batientes internacionalistas cubanos asestaron la derrota decisiva al regimen surafricano del apartheid, heredero directo del nazifascismo clásico. Con esto, los heroes cubanos continuaron la causa de la victoria antifascista del pueblo soviético. Los hijos valientes de la Isla de Libertad ayudaron a defender la soberanía y la integridad territorial de Argelia, Siria, Etiopía, Mozambique, Nicaragua y otros países que sufrieron las agresiones del imperialismo y reacción fascistizante. En el posterior, las misiones internacionalistas militares cedieron lugar a las educativas y médicas, que salvaron muchos miles de vidas humanas en decenas de países.

Otro mérito histórico de Fidel Castro ante la mayoría de la hu-manidad es el planteamiento del problema de así llamado end-eudamiento externo, una consecuencia y una forma de la so-breexplotación imperialista, señalando su carácter impagable e incobrable, con la necesidad objetiva de resolver este problema a escala mundial.

Cuarto. La historia reconoce la destacada contribución de Fidel Castro en la solución de varios conflictos internacionales de alta peligrosidad, y en unos casos, de riesgo de catástrofe mundial. 

Ya a inicios de los años 60, Fidel tomó una decisión nada fácil – aprobar el despliegue en la Isla de Libertad de una parte del escudo de defensa soviético. Este paso logró neutralizar la supremacía coheteril y nuclear que imperialismo norteamericano gozaba todavía sobre el campo socialista. Cimentó las bases de nuevo balance político-militar en el mundo, incluyendo la “línea caliente” entre Moscú y Washington contra un surgimiento casual de la catástrofe nuclear, y también la obligación de Washington no agredir a Cuba.

En 1973, Fidel Castro fue el único líder estatal que visitó las zonas de Vietnam del Sur, liberadas de los ocupantes norteamericanos y sus títeres. Seis años más tarde, él advirtió al mundo del peligro de propagación del conflicto chino-vietnamita. Unía el principio de rechazo de toda agresión con el llamado a todos lados a actuar “con la mayor responsabilidad, con la cabeza fría”.

En las múltiples situaciones de las crisis en el mundo, hasta los últimos años de la vida de Fidel, su voz de sabio tocaba como la campana de alarma y de esperanza.

Quinto. En los años oscuros de la caída del socialismo europeo y del repliegue de las fuerzas progresistas en la mayor parte del mundo, los comunistas cubanos, con Fidel Castro a su cabeza, en las condiciones del doble bloqueo y “período especial”, lograron proteger las posiciones del socialismo cerca de la ciudadela principal del enemigo. Al mismo tiempo, salvaron la misma idea del socialismo del descrédito. Más aún, en aquellos años Fidel elevó a la plena perfección su capacidad única de convertir la derrota en el triunfo, con la fuerza de su experiencia política gigante, fidelidad a los principios en lo fundamental y mayor flexibilidad táctica, clarividencia excepcional y el prestigio planetario. Sin su contribución de maestro, compañero y hermano, no serían posibles los triunfos de Hugo Chávez, Evo Morales, Lula y los Kirshner, Frente Amplio de Uruguay y los sandinistas de Nicaragua, ni tampoco la nueva ola de la integración latinoamericana, la que acabó con la tristemente célebre ALCA.  Sin esta contribución de resumen por Fidel, el mundo actual sería peor aún, más peligroso e infrahumano, que es hoy día.

Al optar por la senda de luchador desde su juventud, al evitar felizmente el sinnumero de peligros, sintiendo siempre el hombro de Raúl Castro como hermano, compañero y heredero, Fidel pudo pasar todo su camino, desde el inicio hasta el fin. Me permito reformular unas palabras de Vladímir Mayakovski, gran poeta de nuestra Revolución: decimos “Fidel”, entendemos “Cuba”; decimos “Cuba”, entendemos “Fidel”.

Por su contenido histórico-mundial, la Revolución Cubana, parte de la revolución antiimperialista latinoamericana y planetaria, es una revolución grande en un país pequeño. Por esto, su Comandante Eterno pertenece a la pléyade brillante de líderes históricos de grandes revoluciones. Siempre y cuando la humanidad no priva a sí misma de la perspectiva de porvenir, la que es inseparable de la continuidad histórica con el pasado, los descendientes rendirán su tributo de memoria y gratitud a Fidel Castro, como le rendimos hoy día.
 

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