El Bicentenario de la soberanía política de las cinco naciones centroamericanas

[ru] 200 лет суверенитету пяти центральноамериканских наций

[es] El Bicentenario de la soberanía política de las cinco naciones centroamericanas

Este 15 de septiembre se cumple el Bicentenario de la soberanía política de las cinco naciones centroamericanas: Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador. Estos países, junto con Panamá, constituyen el istmo entre los dos océanos, el Atlántico y el Pacífico, y forman el camino seco entre los dos continentes, América del Norte y América del Sur. Desde el pasado ya remoto, la ubicación de América Central, junto con el Caribe, en la cruce de las comunicaciones mundiales, ha convertido esta región en el nudo estratégico de los vínculos internacionales y contradicciones de escala planetaria. En el transcurrir de estos 200 años, los pueblos centroamericanos tenían que continuar la lucha nada fácil por el derecho de resolver su destino por sí mismos. Los momentos más nítidos de esta lucha han sido el mérito del heroico pueblo nicaragüense, el que derrotó tres intervenciones norteamericanas durante 200 años.

En el mundo único e indivisible, los conceptos “independencia”, “soberanía” y la “liberación nacional” la historia ha vinculado inseparablemente con la solidaridad internacional. Durante dos siglos, a los pueblos del istmo se les impone el imperativo del apoyo mútuo en su lucha desigual contra los colonialistas, agresores e imperialistas. Desde 1823 hasta 1839, existió un solo Estado federado – Provincias Unidas de América Central. Desfavorablemente, cayó víctima de los intereses mezquinos de las clases dominantes locales y del gran capital extranjero. Sin embargo, la idea de la unidad centroamericana cada vez resurge ante cualquier reto histórico.

En tres ocasiones, la resistensia de Nicaragua contra los interventos era posible, en gran parte, gracias a su apoyo por los patriotas de los países vecinos de Centroamérica, así como de las fuerzas progresistas de toda Latinoamérica, y también de todo el planeta. Así fue en los años 1927-1932, cuando el Ejército Libertador lidereado por Augusto César Sandino, el “General de los Hombres Libres”, combatió a los ocupantes yankee. Así fue en los años 1980, cuando las fuerzas progresistas de América Latina y de todo el mundo apoyaban a los nietos de Sandino en la defensa de su revolución popular contra la guerra no declarada por Washington y sus títeres. Estas lecciones de la historia son de prima importancia para todos nosotros.

Desde la segunda mitad del siglo XX, los países de Centroamérica son aproximados también por el proceso de integración, tanto en la economía como en otras esferas. En todo el istmo funciona la única infraestructura de transporte, y se ha creado el único sistema electroenergético. La necesidad objetiva de la integración no puede ser anulada por ningunas contradicciones políticas entre los países, ni tampoco dentro de ellos. Es una lección de la historia más.

En el mundo único e interligado, el proceso de la generalización internacional de la economía no se restringe con el marco regional. América Central es un espacio de la exportación de los capitales por las corporaciones transnacionales, ante todo las de orígen estadounidense. Los países del istmo forman parte de la Zona de Libre Comercio con los EEUU (CAFTA). El gran vecino norteño es su principal socio de comercio exterior, el lugar del empleo de cientos de miles de sus ciudadanos, y la fuente de sus remesas familiares – parte considerable del PIB de estos países.

América Central queda vinculada con los Estados Unidos también por el fenómeno tan nefasto como el crimen organizado transfronterizo, en particular el narcotráfico, cuyo mercado principal y lugares del blanqueo de capitales están en los EEUU.

Tales son las condiciones reales, en las cuales los pueblos de América Central tienen que librar su lucha por el porvenir mejor. Vale decir que sus amigos y socios que les han prestado la ayuda importantísima, como son Cuba y Venezuela, ahora sufren mucho del bloqueo imperialista y necesitan del respaldo real. Con dignidad y el honor, los pueblos de América Central prueban que sí pueden, hablando con las palabras de José Martí, “saldar su deuda con las humanidad”. En este momento difícil, lo testimonia el apoyo solidario prestado por ellos a la Cuba socialista, fiel amigo de siempre.

Ya hace un decenio y medio, el pueblo nicaragüense prueba su fidelidad a la causa de autodeterminación y progreso social, reafirmando la confianza a su vanguardia política bien probada, el Partido Frente Sandinista de Liberación Nacional encabezado por el Presidente Daniel Ortega. Durante estos años, mucho se ha hecho por el bien de los trabajadores, que son la mayoría del pueblo. Al comprender la complejidad de las condiciones en las cuales el nuevo camino se pavimenta, nos damos cuenta de la necesidad de arreglar ciertos acuerdos politicos, y también ser firmes en la defensa del poder popular ante las tentativas del golpe violento. Un Estado soberano tiene el pleno derecho de defenderse y defender a su pueblo contra las conspiraciones de la oposición reaccionaria y sostenida desde afuera. Expresamos nuestra condena categórica de las medidas restrictivas ilegítimas impuestas a Nicaragua por Washington oficial. Les deseamos a nuestros amigos nicaragüenses el nuevo triunfo en las elecciones del 7 de noviembre próximo. No se puede mostrar flaqueza en este día, que es simbólico para todas las fuerzas progresistas del mundo. ¡Ojalá que este día sea un buen presagio!

Todos los países de América Central viven una etapa responsable. En Guatemala, cobra fuerza el protesta popular. En El Salvador, no se detiene la encarnizada lucha política. En Honduras, el país más pobre y más dependiente de los EEUU, se aproximan las elecciones generales.

Nos quisiera esperar que los pueblos centroamericanos no se sometan a la demagogia, que ellos frustren golpes de Estado reaccionarios, combaten las persecuciones de sus líderes dignos, y no permitan destruir las instituciones democráticas pagadas ya con grandes sacrificios.

A los comunistas, a los militantes trabajadores, y a todos nuestros amigos centroamericanos, les felicitamos con el Bicentenario de su patria. Les deseamos la salud, la seguridad y la paz justa, y el futuro mejor.

¡Venceremos!
 

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